Allá donde estés...

Volando y volando llegué a un lugar desconocido.
Me sentía agotada, y me paré en el quicio de una ventana.
Estaba entreabierta a pesar del frio que hacía, y me asomé, la curiosidad puede conmígo.

Había una cama, en la que descansaba un muchacho de pelo rizado moreno. Me posé en su mesilla de noche, algo me atraía de él, y me dispuse a observarle. Sus ojos se movían agitados, supuse que estaría soñando con algo muy lindo, tal vez con su amor...o tal vez con conseguir un sueño...su cara era de felicidad, y entonces vi sus labios, bien perfilados...carnosos...entreabiertos.
No pude resistirme y quise besarlos, me acerqué lentamente y posandome en su pecho...sentí como latía su corazón, se diria que galopaba en vez de latir, no pude mas, acerqué mis labios a los suyos, y en el momento en que se unieron, el muchacho abrió los ojos, unos ojos oscuros que me atravesaron el alma, quedandose para siempre ahí grabados.
Me miró con dulzura y abrazandome me dió un beso tan apasionado que mis labios no han vuelto a besar otros labios.
Sus manos me cubrieron de caricias, y su piel al contacto con la mia se erizaba, de la pasión que desprendía.

Desde entonces vivo solo,...y para reencontrarme con aquel joven moreno de pelo rizado y de ojos oscuros, que tanto amor me dió en tan poco tiempo.
Allá donde estés... Te amo mi amor.